El traje de bodas (Cfr. Mateo 22,1-14.)
¿Qué es el traje de bodas, el vestido nupcial? El Apóstol nos dice: «El fin de todo mandato es la caridad que procede de un corazón limpio, de una conciencia recta y de una fe sincera» (1Tm 1,5). Este es el vestido nupcial. No se trata de cualquier amor porque, a menudo, vemos hombres de mala conciencia que se aman. Esos que juntos de dedican al bandolerismo, a los maleficios, los que les une el amor a los comediantes, a los conductores de carretas y a los gladiadores, generalmente se aman entre ellos, pero no con esta caridad que nace de un corazón puro, de una buena conciencia y de un fe sin fingimiento: así pues, es esta caridad la que es el vestido nupcial.
Revestíos, pues, del vestido nupcial los que todavía no lo poseéis. Ya habéis entrado en la sala de fiesta, vais a acercaros a la mesa del Señor, pero no tenéis todavía el vestido nupcial en honor del esposo: todavía buscáis vuestros intereses y no los de Jesucristo. El vestido nupcial se lleva para honrar la unión nupcial, es decir, al Esposo y a la Esposa. Ya conocéis al Esposo, es Jesucristo; conocéis a la Esposa, es la Iglesia. Rendid homenaje a la que ha sido desposada, rendid también homenaje al que la ha desposado.
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